




INVERNADERO DE INTERIOR
Muchas obras, acciones o piezas de carácter urbano pueden perder su intensidad por situarse en contexto inadecuado, desvinculado a su propósito. Tal vez una obra como esta, que posee vida, no es capaz de sobrevivir en un entorno foráneo, donde es incierto su desarrollo. El jardín de invierno es una planta que solo puede ser cultivada en su hábitat natural, las tramas de ventilación del metro. Por lo tanto, trasladarlo a un espacio interior requiere la representación de un ambiente artificial, reproduciendo las condiciones urbanas necesarias.
De este modo se procede al transplante minucioso del jardín de invierno a un invernadero de interior. Se trata de una burbuja capaz de albergar sustratos de sucesos urbanos de manera artificial: microclima urbano, acciones dinámicas, cambios de estado...
Se construirá un entorno con una rejilla especialmente diseñada para interior, que permitirá el rápido enraizamiento de la planta. Un sofisticado sistema de ventilación será capaz de conseguir la climatización del pequeño espacio, dotándolo de una ventolera calida, capaz de hacer que el jardín cobre vida. Ya que las condiciones del entorno son manipulables, el invernadero procederá a dosificar los nutrientes vitales por intervalos, con lo que será capaz de recrear la acción del crecimiento. Y por lo tanto, mostrar al espectador de manera arficiosa, ese asombroso acontecimiento de la naturaleza urbana en un espacio expositivo.
morula collective: Alejandro Londoño, Álvaro Aparicio, Carlos García, Diego Blasco, Diego de las Heras, Gonzalo del Val, Gustavo Pérez, Iker López, Iñigo Machimbarrena
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